¿Qué aprendiste?

Yo aprendí mucho sobre las microfinanzas. Cuando empezamos esta sección, ni sabía que era una microempresa, un microempresario o una microfinanza. Para aprender sobre las microfinanzas leímos las historias de varias mujeres que fueron prestadas un poco de dinero para empezar una microempresa. Aprendí cuanto una microempresa puede cambiar las vidas de todas las personas en una comunidad, empezado con una familia. Con una microempresa, personas en un país en vías de desarrollo pueden vencer desafíos como enfermedades y pobreza. En una comunidad pobre en África, 75 dólares, en moneda de los Estados Unidos, es suficiente para romper el ciclo de pobreza para una familia. Para aprender sobre microfinanzas sugiero que tú leas historias de personas con microempresas y sus historias.

 

¿Quiénes somos?

Lo que aprendí sobre las diferencias de las personas en el mundo es que las personas que están recibiendo dinero para empezar una microempresa en África y las personas en nuestra comunidad valoran y usan el dinero en maneras diferentes. Las personas que empiezan microempresas pueden cambiar a su vida entera y la vida de sus familiares con 75 dólares. En nuestra comunidad, con los mismos 75 dólares, casi nunca escuchamos de una persona que cambiaron su vida con un préstamos de 75 dólares. Una similaridad es que todos están enfrentados y tratando de vencer un desafío. Puede ser una variedad de cosas, dependiendo de su estatus social, donde vives y otros factores como la salud. Yo estoy conectada a personas alrededor del mundo por la creatividad que todos compartimos. Además, comparto el deseo con personas alrededor del mundo a ayudar y estar allí por las personas que amamos.

 

¿Quién es Él?

Por la unidad de microfinanzas, me ha enseñado más sobre la generosidad de Dios y el plan que Él tiene para nosotros. Dios es tan generoso con todo lo que me ha bendito. Ahora como seguidores de Cristo yo debo ser generosa con lo que Dios me ha dado y no sólo ahorrarlo para nosotros mismos. Además, las microfinanzas me ha enseñado mucho más sobre no hacer lo que yo quiero, pero saber que Dios tiene un plan para mí. Quizás no pensé que lo que Dios me está llamando hacer es lo que iba a hacer con mi vida, pero eso es lo que Dios tiene planeado. Tengo que tener mi mente abierto a la llamada de Dios, y cuando Él me llama, debo seguir mi llamada. Debo hacer todo esto como un seguidor de Cristo como soy sus manos y sus pies.

 

¿Quién soy yo?

Me ha cambiado aprendiendo de las microfinanzas porque ahora aprecio más los productos que son hechos a mano. Ahora entiendo mejor el afecto que tiene en comunidades cuando compres algo que es hecho a mano y no por máquinas. Este aprecio ha cambiado por leer las historias que los microempresarios. Realmente me impactó ver que cuando compras algo que es hecho a mano puedes estar ayudando a apoyar a una familia y ayudar a romper el ciclo de pobreza en algunos casos.

 

Llamada a la acción

Mi papel en ayudar con las microfinanzas es hacer tres cosas. La primera es comprar productos que están hechos a mano si es una opción es vez de comprarlo que una compañía grande como las Amazonas. De esta manera estoy ayudando a las familias con las microfinanzas. La segunda cosa que puedo hacer es informarles y aconsejarles a las personas en mi familia y amigos comprar de microfinanzas locales. Finalmente, puedo orar por los microempresarios y las personas que están pensando dinero a otros para que puedan empezar una microempresa.